El colectivo de los abogados y abogadas, según alguna de las definiciones al uso que podemos encontrar, se presenta ante la sociedad como aquél conjunto de personas que, con título de grado en Derecho, se hallan habilitados/as conforme a la legislación española para el ejercicio en asistencia y defensa de terceras personas, colaborando activamente con la Administración de la Justicia.

En el Ilustre Colegio de Abogados de Estella-Lizarra deseamos que, más allá de esta definición, los abogados y abogadas sean considerados, según la procedencia etimológica latina del sustantivo que nos sirve de denominación, como el “advocatus”, es decir, el ‘llamado en auxilio’, las personas que, en una sociedad cada vez más compleja y sometida a continuos cambios e incesantes reformas legislativas, ayude a la ciudadanía.

Desde la Junta del Ilustre Colegio de Abogados de Estella-Lizarra nos hemos marcado como un objetivo fundamental acercarnos a la ciudadanía, dando información sobre nuestro colectivo y ofreciendo, a través de esta herramienta, mayores facilidades en el acceso a los servicios que, como corporación de derecho público, prestamos a la sociedad como colaboradores y colaboradoras de primera línea de la Administración de Justicia.

En la Junta también desempeñamos una serie de funciones como son las relaciones entre colegiados y colegiadas, regulación de los diferentes servicios que prestamos a la ciudadanía (turno de oficio, atención a la mujer maltratada, mediación, arbitraje), el control deontológico de la actuación de nuestros colegiados/as, la administración de nuestros recursos económicos, así como en la esfera de la relación externa con la ciudadanía y con las diferentes instituciones, públicas y privadas, de modo fundamental con la administración de justicia.